Los colores del otoño, luz y amor en mi corazón
Me acuerdo tanto de mi padre…
Llegó la festividad de Todos los Santos y el otoño aún no se había ido. Los arces del jardín, los liquidambar y los viburnos se deshacía en miles de tonalidades bellísimas, en un último adiós al verano, a las temperaturas cálidas y soleadas, a las meriendas familiares, las risas y los encuentros.
Toda la tristeza y melancolía que envuelve estos días ha quedado este año pintada de estos colores, con el cielo azul como fondo inspirador de todo, lienzo para soñar en un mundo diferente, el que se extiende mas allá de la muerte, uniendo el amor en hojas que enramadas se pierden en el infinito.
Cuando se fue mi padre creía que el suelo se abría con una fosa y que yo me iba cayendo de dolor. No encontraba asiento mas que en la fe que siento que me sostiene en todos los momentos de mi vida y de la muerte, una cuerda que me rescató de todo. Saber que hay un mundo mas allá, que los colores que veo y que siento como propios de mis ojos y de mi corazón, pertenecen al autor de todo. Un padre eterno que nos abraza a ti y a mi. Y doy gracias por ti papá , con hojas y flores llenas de amor y de cariño, por haber estado siempre a mi lado.
Me acuerdo de tantas cosas,… las hojas del jardín me consuelan, en un mullido colchón que me habla de la vida compartida y de lo mucho que nos quisimos.
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