AVILA EL ALMA TENÍAS.

AVILA. EL ALMA TENÍAS, tan clara y abierta.

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Este año del centenario de la Santa creo que va a ser inolvidable para todos. Nuestra ciudad, tan viejecita y querida, parece estirada, realmente planchada por los cientos de oleadas de visitantes que recorren las calles, peregrinos que siguen a Teresa buscando su paso por aquí poniendo imágenes vivas a su legado; amantes del arte y la cultura que buscan entrar en la historia en mayúsculas y vivir dentro de ella, como en un cuadro por unas horas , por unos días. Aquellos que buscan un lugar auténtico, en donde las sombras juegan al escondite con las luces entre tantas callejas, recorriendo las fachadas renacentistas, topándose con las molduras de los relieves. La sierra al fondo dando profundidad a la mirada que en el valle del Ambles reposa arremansada. Y si, parece planchada, abierta aún mas, con esa sensación de que en las calles que terminan en las puertas de la muralla, la mirada, el aire que en viento todo lo barre, terminan en el cielo, y que todo esto se ve mas azul. Oímos hablar en tantos idiomas, y la ciudad se abre un poco mas en el vaivén de tantos turistas que se llevarán ya para siempre la impresión de todo lo vivido. Ávila vuela entonces a tantos lugares, sus calles adoquinadas, el paseo por la muralla rozando el cielo, los retablos de las iglesias, el tapeo de antes de la comida, las exposiciones conmemorativas del centenario teresiano, la música de Victoria, el paseo en el Rastro siguiendo el vuelo de las cigüeñas como en un cortante, la impresión de ver los lienzos de muralla mas limpios y antiguos que uno pueda recorrer transitando por ella, disfrutando cada paso de lo rotundo y bello de su porte. El alma de una ciudad centenaria, que aún vive para ser nuestra casa y recibir a tantos peregrinos por aquí.¿ Tienen alma las ciudades?, al menos en sentido literario creo que sí. Una metáfora llena de sentimiento. El alma de esta que nos cobija está en este año abierta. Y recuerdo ese poema de Pedro Salinas de su poemario Presagios ( 1924), “ el alma tenías,/ tan clara y abierta,/ que yo nunca pude,/ entrarme en tu alma. Busqué los atajos/ angostos, los pasos/ Altos y difíciles…/ a tu alma se iba / por caminos anchos”.

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Y creo que recordar estos días nos va a venir muy bien, como la ciudad se vuelca en atender a tantas personas, cómo se abre al mundo mostrando su historia y cultura, orgullosa de su legado, de los místicos que por aquí vivieron y reformaron ordenes como Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, y que su reclamo convoca a tantas personas. El pesimismo ese ancestral que arrastramos y que nos hace hablar de cerrazón y aislamiento, comparando nuestra ciudad y ánimo como encerrado en una muralla que comprime la vida y el desarrollo, parece que desde ahora, se evapora y espero que para siempre. No es nuestra muralla la tapia de un corral, la cerca de un basurero, el muro sucio de un arrabal de una gran ciudad que la comprime en su crecimiento y desarrollo. No, no debemos leer nunca esto así, su alma, como en este poema está abierta. Estos días vemos que muy abierta. Muchas veces hemos querido encontrar su verdadero valor y carisma que la definiera como ciudad, los ejes de su desarrollo económico, social, por atajos angostos mirando mas desde fuera todo, que desde la altiplanicie donde se erige la muralla y su cielo; su verdadera personalidad, la belleza de esta Julieta rejuvenecida.

Decía García Lorca de Salinas, que mas que escribir poesías, hacía “ prosias”, versos con apariencia de prosa para expresar sentimientos en la mayoría de los casos de carácter amoroso. Él mismo confesaba que si escribía poesía era para expresar estas cosas, cuando sentía su corazón tan barrido como vemos nuestra ciudad estos días. Prosas en piedras berroqueñas que expresan el paso del tiempo con tanta pasión. Un corazón, el del poeta de la generación de 27, barrido por el amor a una joven estudiante que se sentaba en los últimos asientos de sus clases en la Residencia de Estudiantes de Madrid, y que le hizo expresar todo en versos inmortales en “ La voz a ti debida”. Hace unos años, la editorial Tusquets publicó las cartas de Pedro a Katherine Prue Redding, cuando esta se volvió a EEUU para intentar enfriar un romance que ya nunca iba a cesar, al menos en su corazón. “ ¿ en donde empezaba?/ Acabada, en donde?/ me quedé por siempre/ sentado en la vagas/ lindes de tu alma.”

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Abierta, barrida, llena de viajeros, turistas y peregrinos ya abulenses en alguna parte de su corazón. Mas azul que nunca, transitada por las oleadas que planchan cada rincón. Y como abulense, impresionada por este vaivén de turistas, por la colaboración de miles de vecinos como voluntarios, tantos actos en homenaje a Teresa, charlas, encuentros, misas, conciertos, música, proyecciones sobre la muralla,… sintiendo que vivo un momento único y especial,… sigo como Salinas sintiendo algo especial por esta Julieta ciudad tan viejecita …. Ávila de los caballeros, de los leales, de los santos, de los cantos, … Ávila de mis antepasados. Acabada,… ¿en donde?

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