La expresión artística nace en lugares muy remotos ubicados dentro de nosotros mismos. En un momento dado, sentimos ese deseo de hacer algo, escribir, pintar, modelar, o coger un ramito de flores para expresar todo el mundo interior de lo que nos interesa, sorprende, o apasiona. Quizá el  elemento común es ese deseo de crear belleza con nuestro esfuerzo, el placer de recrearla. Sentimos algo así como un eco, y andamos días y noches detrás de él hasta darle forma, palabras, texturas, colores,…

La interacción de las artes, entre las que por supuesto está el arte floral, es algo que me apasiona, como forma de comunicación potente, que envuelve nuestros sentidos, y nos hace disfrutar y sentir. Un camino por recorrer que hunde sus raíces en nuestra cultura que siempre ha amado las flores y ha celebrado con ella las cosas y acontecimientos importantes. Un camino, nuevo, abierto, sencillo, hecho de palabras, versos, pinturas, músicas, acuarelas, y diseños florales.