Cada año cuando se va acercando el mes de febrero y comienzo a pensar en el día de san Valentín, en nuevos diseños florales, siempre hay quien a mi alrededor me dice: » ah, esa fiesta de los centros comerciales». Y este año he estado investigando sobre la vida de este santo para ver un poco cual es la historia que tiene que haber debajo de esta fiesta tan romántica, un dia que me gusta y que disfruto cada año, no sólo porque trabajamos mucho y me encanta ver el taller lleno de clientes tan preocupados por sus ramos, para elegir aquello que mas le pueda gustar a su pareja. Me gusta porque es una fiesta de buenos y amorosos sentimientos, aquella en la que el amor es el protagonista, el que nos empuja a ir a una floristería a comprar flores. Me gusta que este sentimiento, motor de toda la vida, se celebre con flores y como florista, me declaro seguidora de san Valentin, un santo valiente y de corazón muy tierno.
La historia de san Valentín se remonta al imperio romano, en el s. III, cuando el emperador Claudio II prohibió a sus soldados casarse para poder llegar a tener un ejercito mas valiente y valeroso, libre de ataduras familiares. Nuestro santo comenzó clandestinamente a celebrar matrimonios, y fue encarcelado. San Valentín aprovechó esta circunstancia para evangelizar a todos los que tenía cerca. Incluso devolvió la vista a una joven ciega de nacimiento, Julia, hija de un oficial llamado Asterius, llamando a la conversión a muchos oficiales. Pero el día 14 de febrero del año 270, martirizaron a Valentín, y Julia lloró mucho sobre su tumba, y plantó un almendro de rosadas flores. Un árbol que desde entonces simboliza el amor y la amistad verdadera.
En el mundo anglosajón se puso de moda, a partir de Esther Howland, vender tarjetas con forma de corazón hacia 1840. Una tarjeta que iba acompañada de rosas y se mandaba a las personas a las que se tenía un especial afecto. En esta época del a año, los pájaros se aparean y en los países nórdicos se une con esta fiesta. Algunos piensan que esta fiesta tiene un origen pagano, arrancando del dios griego Eros y del romano Cupido, a los que se ofrecían ofrendas para conseguir un amor.
Y disfruto mucho estos días, de verdad, rodeada de rosas rojas increíblemente bellas. Son las elegidas por la mayoría de los clientes porque mandan además un mensaje floral e implícito de mucha potencia, un trallazo de amor pasional por alguien. Podemos incluso no decir nada, no mandar una tarjeta, pero el que lo recibe queda impresionado con la pasión de los sentimientos.¿ Podemos mandar otras flores este día?, por supuesto que sí, las que mas gusten, las que recuerden momentos vividos felices, un paseo, aquel viaje. Podemos mandar mensajes amorosos mas tiernos y tímidos con un ramo silvestre en tonos blancos.
Y cuando intentamos encontrar algo que guste a quien queremos, buscamos algo que le haga pasar un buen rato relajándose, tranquilo. Algo que no tenga, que no engorde, que no sea un despilfarro, y que haga mucha ilusión, creo que un ramo de flores es lo mejor, para celebrar tantas cosas, para darte las gracias por tanto, por preparar la cena , por acordarte de que me encantan las fresas, por compartir la vida conmigo .
Feliz día, a todos los enamorados, los que celebramos el coraje de un santo que dio a vida por las parejas que a su celda se acercaban. A los que aun creemos que este sentimiento lo cambia todo y nos da esperanza y alegría.