LOS REYES AÚN MAS MAGOS ESTA NAVIDAD.

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Viajábamos en familia por media España en los días previos a la fiesta de los Reyes Magos, y disfrutábamos tanto del paisaje, lo variado de cada lugar, lo pintoresco de las vistas, los torreones sobre las colinas, los acantilados mirándose en el mar. La circulación cómoda y rápida por autovías que como cremalleras nos abren nuevos lugares en un tiempo record, nos hacía analizar el cambio en las infraestructuras del país sintiéndonos mas que viajeros que por horas corren por allí, como verdaderos propietarios, haciendo nuestras también aquellas vistas, campos de labor y poblaciones sobre las vaguadas. El tiempo ha pasado, y mientras las ciudades, sedimento a sedimento se elevan, no hay mas que ver cómo las casas antiguas se quedan hundidas en los nuevos pavimentos de las ciudades, y se atraviesan de infraestructuras ultramodernas, las noticias y la opinión en algunas partes del país parece que quieren volver a aquel lugar aislado , aquel que tras las nieves tenías que esperar meses para el deshielo. Volver a considerar que por vivir en un lugar, por haber nacido allí, por trabajar y criar allí a tus hijos, es sólo tuyo, y que lo mejor que te puede pasar es separarte de los demás, es, permítanme que dé mi opinión, volver a las cavernas, y además olvidar qué es la cultura y cómo nos une a todos de manera profunda.

Llega la fiesta de los Reyes Magos, y la cremallera esa que atraviesa el país parece que nace y nos une a todos, y como pueblo amarrado a su cultura, entendida esta de manera mucho mas amplia que la meramente académica, sino por usos, costumbres, y manifestaciones que definen a un español como tal. Reyes cargados de cartas, roscones cubiertos de azúcar y rellenos de sorpresas atraviesan como en autovías, el país entero. Así ponemos esta fiesta que tanto nos gusta a todos, no sólo porque remueve el recuerdo de nuestra infancia con nuestro papel activo en la ilusión de nuestros hijos, llena de un panorama puramente español, común y del que todos nos sentimos tan orgullosos. Cabalgatas de Reyes por todas partes, cartas entregadas a los carteros reales, los pajes entregando los regalos, las escaleras se tienden a las ventanas, las chimeneas explican el paso de sus majestades, y las bandejas de turrones la hospitalidad. Una tradición que arranca de nuestra propia historia , de la cultura católica y que aquí ha fraguado a lo largo de siglos. Los reyes son de oriente, aunque se debata en círculos académicos su relación con Tartessos y el sur de España. Y de allí siguieron una estrella para adorar a un pequeño Niño recién nacido y llevarle sus regalos. Y desde hace cientos de años, la explicación de este acontecimiento se quiso enseñar y sobre todo se quiso ayudar a vivir, mediante la representación teatral, en forma de Auto, como ya aparece en la biblioteca del cabildo de Toledo, en el s. XII. Y luego en forma de Cabalgata a partir del s. XIX. Se vivió desde siempre en primera persona allí dentro del Portal, recibiendo junto con el recién nacido, juguetes y regalos, componiendo e interpretando villancicos, tocando la zambomba y la pandereta.

Y desde entonces así lo sentimos, y no hay que ver mas que la oleada de noticias y opiniones que sobre las Cabalgatas se cuentan. Porque se vive y se sabe por cultura compartida, que lo que representamos, hacemos o dejamos de hacer, tiene un sentido, para algunos religioso, para otros festivo, familiar, comercial o representativo.

Que los reyes sean mujeres, es algo que creo que cambia todo de manera ridícula, y nos pone a todas nosotras en un lugar que no nos gusta, ni nos interesa. La igualdad, no está en estas cosas, y el respeto a los demás debe ser pieza angular de la convivencia. No se puede cambiar de un plumazo por unas ideas de una alcaldesa o de un grupo concreto, la cultura que todos compartimos, cultura que lo queramos o no, está trufada de religión católica y de creencias compartidas.

En el Auto de los Reyes Magos, así como en un precioso poema de Rubén Darío, cuyo aniversario de su muerte celebraremos en este año que comienza, se basan en esta actitud activa . Decía el anónimo autor toledano, que al entregarle oro, podían ir investigando como en una pista policial, si aquel niño era un rey acostumbrado a bañarse en él y relumbrar. Si era hombre la mirra , o si era un sacerdote el incienso de la liturgia, una pregunta que Rubén articula también en su poema, en una conversación coloquial “ Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos./ Triunfa el amor y a su fiesta os convida./ ¡ Cristo resurge, hace la luz del caos/ y tiene la corona de la vida”.

Sin ocas, con reyes magos mujeres vestidas a la manera pirata, con trajes que mas que rememorar la historia común como los de Alcoy tan increíblemente acertados son disfraces de carnaval, la fiesta de los Reyes va a continuar , mostrando que a todos nos gusta y que enseñamos a nuestros hijos a hacer revivir su cultura. Las raíces de la historia que atraviesa el país donde viven y que a ellos y a todos nosotros nos aprietan un poco mas. Reflexionemos un poco sobre lo que compartimos, que el progreso y la modernidad vayan por ahí, ayudando a seguir construyendo como desde hace siglos, un país único y lleno de personalidad atravesado de cañadas y de vías de alta velocida

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