Entradas

En verano con los preciosos poemas de Pedros Salinas en el campo

PARA VIVIR no quiero

islas, palacios, torres

!qué alegria vivir en los pronombres!

Quitate ya los trajes

las señas, los retratos;

yo no te quiero asi

disfrazada de otra.

hija siempre de algo

te quiero pura, libre,

irreductible, tú.

 

Sé que cuando te llame

entre todas las gentes del mundo,

sólo tú eres tú.

Y cuando me preguntes

quien es el que te llama,

el que te quiere suya,

enterrará los nombres

los rótulos, la história.

 

Iré rompiendo todo

lo que encima me echaron

antes de nacer.

Y vuelvo ya al anónimo eterno

de la piedra, del mundo,

te diré:

” Yo te quiero, soy yo”

Pedro Salinas

Cuando elegimos los libros que vamos a  leer en las vacaciones no somos conscientes del profundo influjo que algunos de ellos pueden hacernos, sobre todo cuando los leemos en lugares llenos de naturaleza, de silencio de bosque, en medio de la paz familiar, de las tertulias de las noches del verano.

Las poesías completas de Pedro Salinas llevaban mucho tiempo mirándome desde su lugar en la biblioteca de casa, y yo esperaba el momento adecuado  para sumergirme en sus versos tan llenos de belleza y de lirismo. El mismo título del poemario “ la voz a ti debida” define mi actitud ante estas vacaciones. Desde hace un tiempo siento que muchas de las cosas, la naturaleza, la familia, los amigos, la vida en general que me rodea está pronunciada  por otra boca que no es la mía, y que ahí está sin duda esa voz que va cantando todo, que va contándome tantas cosas, con la que descanso y disfruto.

Al comenzar  a leer este poema creí que estaba escribiendo esa voz íntima todo esto sólo para mi, cómo disfrute, como un regalo del verano. El íntimo diálogo se intentificó, como cosido en dos pronombres, las ramas de los geranios silvestres de la reguera que lo cierran todo. Tú y yo.

Desde entonces avanzo con todo esto en mi interior, viendo la vida enmarcada entre estos dos pronombres del verano. Sintiendo que todo, la familia, los amigos, la vida, la naturaleza desplomándose en chorros sobre las rocas, el suave vientecillo que entre los pinos serpentea, las mentas masajeando con su olor los pies, está dentro de ese pronombre que te engloba. Tu, que estás tan dentro, que sólo en mi interior te puedo encontrar, cuando en días de calma y de largos silencios, dejo que todo cese, levanto el pie del acelerador de mi existencia y dejo que sea tu voz la que comience a pronunciar todas las cosas.

Y el aprendizaje de todo es tan grande, siento que mucho mas que todas las horas de estudio, miles de momentos de meditación. Una enseñanza profunda en la que la voz que mueve mi vida, que me empuja a levantarme, a buscar un rincón tranquilo sobre la pradera, a conocer nuevas personas, a compartir aire, vida y esperanza,  siento que está sólo en ti,  a ti está debida.

Esto me deja en otro sitio, un lugar lleno de niebla hasta que sale el sol, un camino del que no sé su trayecto, una vasija de aire y barro que está construyendo un ceramista que vive en un lugar tan lejano como íntimo, Tú.

La poesía que nace del corazón, de los vericuetos por donde se mete, de cada pliegue de arrugas y del suave pálpito de la emoción, tiene todo este cargamento de luz y de verdad, como este increíble poemario de Salinas. Un lugar que es una casa anclada en su corazón, en forma de palabras, de versos que riman, cantarines hasta el infinito. Y siento que quiero vivir ahí también, que la poesía nos permite avanzar por lugares tan bellos como estos.

Quería compartir con todos mi experiencia de verano, y dar las gracias a esa Voz  que sobre la atalaya de la palabra Tu , habita en mi corazón.  Un Tu que de repente ha mirado a este yo, que deambulan por la vida, serpenteando. Que me quiere así, no mas ni menos de lo que soy, libre ante todo, con un largo vestido de aire, y una cola espumosa de gotas que el agua al caer suelta.

Tu y yo, realmente siento que el mundo hoy se reduce y vive en esta íntima y a la vez increíblemente extensa relación que abarca toda mi vida.