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HORIZONTES Y PAISAJES VIENEN A VERNOS

 

Cuando paseas por muchas ciudades españolas y vas recorriendo los parques públicos y las zonas ajardinadas, sientes que casi todos son iguales. Los mismos árboles, las plazas llenas de pavimentos, y las plantas de temporada que se sustituyen por plástico verde en épocas de ayuno presupuestario. Nos encontramos palmeras al lado de una muralla centenaria, y poco a poco todos los jardines van teniendo el mismo patrón, como de chalé, o de zona residencial. Sin decir nada del lugar donde están, de su propia belleza natural. Si los monumentos dicen, tienen un predicado que contarnos, los jardines también deben tener su propia oratoria, contándonos cosas.

Este fin de semana nos reunimos convocados por el Festival de Piorno en flor en el Parador de Gredos, con una ponencia sobre los piornos y su uso en jardinería, por el reconocido botánico  Álvaro Bueno. El campo está primaveral y entre las lluvias las flores empiezan a despuntar, la primavera se desata en bosques y en cunetas. Soñábamos juntos cómo avanzar por un camino mucho más natural y sensible de la jardinería, donde lo que embellece el campo y nos deslumbra en cada estación se recoja en diseños de paisajes silvestres y naturales, al estilo de los diseñados por William Robinson (1838,1935) naturalista y jardinero irlandés y su “The wild garden”. En esta obra aboga por una jardinería más natural, con el uso de las perennes, arbustos y enredaderas, plantas de rocalla y cubre terrenos”.  Álvaro nos proponía diseños con Encinas, Alcornoques, Quejigos, Pyrus silvestres, Sabinas albares, con grupos de Santolinas, Retamas, Lavandas, Adenocarpos, Citissus y Genistas, entre otros muchos más tipos de especies, en una charla profunda y extensa.

Cuando nos acercamos a Gredos y la belleza natural del entorno nos conmueve, muchas veces nos quedamos en esta sensación y no vamos más allá, no intentamos dejar que todo fluya, que la creación en nosotros avance, tomando parte activa en su recreación en nuestras manos, cuaderno de diseños y pala del jardín.  Cómo conjugar sensaciones y percepción de belleza con las decisiones políticas de un ayuntamiento, de una comunidad, de un país. Un planteamiento que no es para nada contemporáneo.

Rastreo la pista a un intelectual que ha cambiado con su pensamiento libre y auténtico el rumbo de la sociedad, la política y la historia, Jean-Jaques Rousseau. En su obra escrita nos cuenta cosas, reflexiones que tienen muchos siglos encima, pero son de una rabiosa actualidad. Fue perseguido por sus compromisos políticos, y ya mayor y cansado, encontró en el estudio de la naturaleza y de las plantas silvestres su propio interior. En sus “Ensoñaciones de un paseante solitario” mezcla anécdotas, descripciones de plantas, pensamientos sobre la educación y la filosofía política.  Este libro es realmente una invitación a un viaje a la naturaleza en paseos tranquilos, donde lo observado se junta con lo contemplado casi al estilo de los místicos, como diría nuestro paisano Juan de la Cruz, dirigiéndonos paso a paso, a esa búsqueda de la belleza contenida en la naturaleza ¿a donde te escondiste, Amado?

Este pensamiento sobre lo natural como motor de vida y turbina de los diseños de paisaje mas sensibles, tiene su ramificación en el mundo de las flores, dando lugar al “Slow flower”, un movimiento que reivindica la belleza de todas las flores y hierbas que nos rodean, ramas, piñas, piornos, para construir con ellos arreglos florales especiales e únicos. Sensibilidad hacia lo natural que me rodea, recreación de lo observado y fuente de riqueza, abarcando con ello el pensamiento político, poniendo a los ciudadanos en su verdadero patrimonio natural, los jardines y las zonas verdes.

Paseando por Hoyocasero descubres el verdadero lugar donde habita esa palabra tan sanjuanista de la Hermosura. Las Pulsatillas, se mezclan con las Convallarias, y las laderas se llenas de Peonías y Polygonathum, mezclando el aroma que alrededor de la Melisa se siente. Hermosura  al borde del camino mientras observamos y disfrutamos en primera persona,  en nuestra mano, a nuestro nivel. Así dice Pedro Salinas:

No canta el mirlo en la rama

ni aletea la espuma en el agua,

lo que salta, lo que canta

es el proyecto en el alma.

 

Las promesas tienen hoy

rubor de haber prometido

tan poco, de ser tan cortas;

se escapan hacia su mas,

todas trémulas de alas.

 

Perfeccion casi imposible

de la perfección hallada,

en el beso que se dá

se estremece de impaciencia

el beso que se prepara.

 

El mundo se nos acerca

a pedirnos que le hagamos

felices con nuestra dicha.

Horizontes y paisajes vienen a vernos, nos miran

se achican para caberte en los ojos, las montañas,

 se truecan en piedrecillas,

por si las coge tu mano,

y pierden su vida fría,

en la vida de tu palma.

 

Leyes antiguas del mundo,

de ser roca, de ser agua,

indiferentes,

se rompen las cosas

que quieren vivirse también

en la ley de ser felices

que en nosotros se proclama jubilosamente.

 

Todo querría ser dos

porque somos dos. El mundo

seducido por el canto

del gran proyecto en el alma

se nos ofrece, nos dá

rosas, brisas y coral,

innumerables materias

dóciles, esperanzadas

de que con ellas tú y yo labremos

el gran amor de nosotros.

 

Coronándonos de dicha

nos escoge, nos declara

capaces  de creación

alegre. El mundo cansado

podría ser- lo siente-

si nosotros lo aceptamos

por cuerpo de nuestro amor,

recién nacido otra vez,

primogénito del gozo…

Pedro Salinas

Es posible una nueva jardinería más sostenible, bella y sensible, solo necesitamos poner junto con las consideraciones políticas, poemarios, dibujos, contemplación de la naturaleza y vida para ir diseñando algo distinto.

El festival del piorno camina y este nuevo paso abre nuevas líneas de trabajo, creando, recreando también con esta bella flor, llenando todo de color amarillo, dulzón y agreste.