PREFIERO.
Una reflexión interior con los versos de Wislawa Szymboroska, en un paseo por el campo en el mes de marzo.
En estos días de principios de marzo siempre tengo unas ganas tremendas de ir a dar un paseo al campo, me gusta descubrir como los arbustos , las matas, los árboles están despuntando en sus yemas la primavera. Parece que el invierno se queda como un abrigo pesado que no eres capaz de quitártelo, como si la primavera estuviera pillada en la cremallera. Y desde la ventana de casa leo este poema de Wislawa Szymboroska, y parece que me impulsa un poco mas a salir, porque desde luego prefiero salir a la naturaleza y vivir en ella, que dormitar en un letargo demasiado largo dentro de la ciudad. Si, Wislawa prefiero la vida al aire libre…
Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas
del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.
Y comienzo como una canción a duo con Wislawa haciendo mi propio poema, mi vida porque desde luego hay muchas cosas que prefiero.
Prefiero salir al campo que quedarme en casa enganchada con mi abrigo.
Prefiero lavar siempre mis cosas en la pila de piedra , antes que dar mil vueltas centrifugando todo.
Prefiero las estrellas del mar que descansan en mis manos.
Prefiero las hierbas mojadas a los cubos llenos de flores, las mariposas azules que revolotean entre el heno.
Prefiero amasar el pan a comprarlo en el super.
Prefiero los columpios de ruedas al vértigo desde mi balcón.
Prefiero pintar acuarelas antes que graffittis en las paredes del metro.
Prefiero las flores de los geranios silvestres del cortante del camino.
Prefiero la lluvia al viento racheado, caminar al borde de la carretera, sentir que mi bastón de fresno me agarra a la pendiente, coger la cesta de enea y llenarla en el huerto.
Prefiero vivir en la muralla de un caracol siempre asomando la cabeza.
Prefiero nadar a patinar, planear a aterrizar, indagar a afirmar.
Prefiero al leer a san Juan ponerme un antifaz de terciopelo en los ojos, para que de mi cabeza no quiera salir.
Prefiero los narcisos porque se duchan siempre bajo el sol,
Prefiero leer a Proust y los merengues de mi hermana a sus madalenas.
Prefiero la voz rasgada del chello sobre el sillón, acomodándose entre cojines.
Prefiero hacer punto con agujas muy gorditas de bambú, poniendo entre los puntos verdura y calor.
Prefiero el musgo a la paja, el río tempestuoso al arroyo tranquilo, el abismo lleno de purpuras violetas, las sogas calientes que del fondo nos sacan, la amistad del que mira la vida con tus ojos y tu con su corazón.
Prefiero tocar a Listz y dejar que siempre viva entre los fresnos.
Y llevo varios días dando la vuelta a este ejercicio, y cada vez me afirmo mas en la utilización de este verbo, preferir. La vida diaria es un gimnasio para este verbo, un atleta que dice lo que le gusta paladear, leer, dibujar, silbar sin imponerse a todos como otros verbos en la pista del gimnasio, quiero, decido, elijo, determino, mando, …. Preferir tiene mas que ver con el cielo, que sabes que está por todas partes y todo lo moja, de la sombra entre las ramas, hasta el hueco en el patio del tendedero, sobre el mar y el asfalto también descansando en el horizonte. Preferir, un verbo pintado de color azul en un momento.
Un horizonte, el mi mirada en el que parece que se queda recogida esta música desde hace unos días. El preludio y fuga de Cesar Frank (1822, 1890), escrito al final de sus días y que en este arreglo para piano muestra toda su belleza melancólica. Y se junta en mi cabeza con este poema de Wislawa, con su poemario, en el que la búsqueda del ser, la indagación sobre lo que somos, y nuestra propia identidad, se refleja en versos en apariencia sencillos, con la belleza de lo auténtico, de aquello que sale de nosotros y de nuestro interior. Escritora polaca, nacida en 1923 en Cracovia, recibió el premio Nobel de literatura en 1996. Una gran poetisa en el camino de Czeslaw Milosz , llena de sensibilidad y con un lenguaje propio muy personal.
Y de ella aprendo en esta meditación a preferir, a usar este verbo de vez en cuando, porque cada vez que reflexiono sobre mis preferencias estoy lanzando a mi interior una serie de interrogantes vitales que me ayudan a progresar en este camino complicado de lo que soy realmente. Prefiero las violetas que en mi mano con la melissa se envuelven.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=6h6lzXjA3Ow&w=420&h=315]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!