ACUARELA FLORAL. Reflejos sobre el agua.
MEDITACIÓN SOBRE EL ARTE FLORAL, CON LA MÚSICA DE PIANO DE CLAUDE DEBUSSY “REFLETS DANS L’EAU”.
Desde hace ya muchos años no concibo mi trabajo como florista sin una caja de acuarelas a mano. Creo que estoy siempre trabajando así, buscando la belleza en las flores, en las hojas y lo natural y esta búsqueda se fragua, como un cemento, en la mente que recibe todas las sensaciones, los matices; la gota de riego que corre por los pétalos de un ranúnculo carmín, la sombra que proyecta un allium sobre la pared, el bamboleo de una rama de matricarias. Del primer paso de la observación, el esencial y básico para poder construir un diseño, se pasa todo lo sentido y vivido a nuestro interior. Y en nosotros, en mí realmente vive durante horas, días y en algunos casos meses consolidándose, armando mi propio pensamiento floral, mi expresión artística con flores, el lenguaje de lo natural que curiosamente, nace por aquí.
Paso en este proceso, de la observación tranquila, placentera, a la contemplación gozosa de lo natural, creando poco a poco algo que tiene que ver conmigo, con lo observado, con lo vivido. Una amalgama de percepciones, el planeo de un pétalo al caer sobre la corriente del arroyo, el suave color pardo del envés de una achillea polvorienta del camino, el terciopelo que se queda en las yemas de los dedos al tocar una salguera florecida. Es difícil ya decir dónde está lo vivido y observado y dónde estoy yo, porque siento por momentos que este nido de colores, matices, movimientos, proporciones se crea para mí en este momento y que sólo yo puedo expresarlo y darle nuevamente vida y verdad.
Fúndeme contigo, agua que corres por la reguera
en saltos sobre al arena del fondo, que en lija
machacas el cielo y las ondas que fluyen, huyendo.
Fúndeme en pigmento añil que sobre todo y en ti
se extienda, como una mancha de nubes avanzando
hacia el poniente y la luz.
Funde el momento y dilatado así sé que pervive ya
y diluye el color que se evapora, el pétalo ingrávido sobre
la boca de un viento caliente que en torbellino todo lo revuelve
Fúndeme contigo y avancemos así, arena, moho y hollín,
el suave tono amarillento de una corola que se desploma,
la luz chupando cada segundo que por aquí pasea,
en colores de pigmento diluida, mientras el cielo,
avanza enrojecido entre las arenas del mar.
Cómo puedo expresar estas cosas que nacen tan en lo hondo sino con agua, pigmentos de color, pétalos y las palabras que como hojas verdes de su tallo nacen. Cómo puedo comunicar cada diseño, el movimiento de un tallo sobre la luz, la gravidez de un plato de plumas fundidas con barro bajo los pies que resbalan ente pensamientos y violas. Qué es sino el arte, cómo definir aquello que nos sirve para enviar a los demás como una flecha , un colage, un grafiti colorido, una foto rasgada, una oración, lo que habita detrás de los ojos.
Y el arte floral es sublime de veras, etéreo, volatil y efímero, preparado en su propia naturaleza para expresar tantas cosas que las palabras dejan escapar. Su utilización, su uso y abuso, crea ante nuestros ojos y nuestro interior un nuevo camino que hay que andar, como hombres hambrientos de expresión propia. Una expresión que dura lo que una caricia, un susurro o una canción.
Y llené la mesa del escritorio con acuarelas vivas, fundiendo pétalos, olores, suavidades y matices con los pigmentos de color que flotando en agua, a las flores se pegan. Vida y verdad, en un pequeño papel de acuarela. Flotaban como hojas sobre la mesa mojada del reflejo del cielo y la música de Claude Debussy sonaba envolviendo todo en agua , “Reflets dans l’eau” 1905. Música impresionista llena de pinceladas sobre tallos de melodías cortas que van como flotando. Expresando emociones y sentidos todos mojados en la punta de un pincel, sobre la superficie del agua. Armonías ambiguas y cambiantes como estas de las flores dentro de los trazos del florista que con ellas se expresa. Agua en movimiento, como los pensamientos que vuelan, como los sentimientos que recorren nuestro interior, como los deseos que tantas veces resbalan.Y en esto sigo la música, aquello que detrás se esconde Claude, los colores, los giros, cómo se hunde y vuelve nadando sobre el momento. El piano se vuelve agua, río que transcurre lamiendo la pradera, superficie sobre la que los pétalos se precipitan en su caída.[youtube https://www.youtube.com/watch?v=XF4MDhDkhlc&w=420&h=315]
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