MUJERES OLVIDADAS DE LA HISTORIA

 

Coinciden en estos días mis lecturas, música, poemas, reflexiones y exposiciones de pintura con la obra de grandes mujeres de la historia, muy poco conocidas algunas, otras ocultas en los pliegues del tiempo y la sociedad. Su obra y pensamiento vienen no sólo a mostrar el trabajo de la parte mas oculta de la historia, la de las mujeres, sino nos aportan una nueva manera de contar, de expresar, de vivir y de ser de la humanidad dentro del interior femenino.

Estoy leyendo a la monja carmelita descalza Cecilia del Nacimiento(1570-1646) cuya poesía es tan bella y lirica como la de su padre Juan de la Cruz con el que debió coincidir en su convento de Valladolid, lugar donde algunas monjas hicieron de copistas de las obras del santo, como el Cántico. La poesía tan brillante de la hermana se ha leído durante siglos como la obra del santo o como la de una monja que escribía al estilo o copiando al poeta. Releyéndola en un estudio critico de su poesía, encontramos no a una mera copista, sino a una de las poetas más brillantes de la poesía en español. El próximo martes 26 de noviembre vamos a conocerla y a leer sus poemas en La Casa de la Poesía Juan de la Cruz de la Universidad de la Mística.

La familia de Cecilia era un foco doméstico de humanismo, música especialmente el clavicordio, pintura, caligrafía ya que los Sobrino fueros secretarios de la corte, y grandes lectores entre otros de Luis Vives. Su madre Cecilia Moriles ha sido considerada como una de las mujeres más instruidas de su momento, en lenguas sabias y vivas, en ciencias naturales, filosofía, teología y cosmognía manteniendo conversaciones con Andrés García de Céspedes el matemático- cosmógrafo más brillante del momento.

Este mismo ambiente familiar ilustrado, ha sido el suelo en el que han surgido las dos mujeres pintoras que en esto días muestran su obra en el Museo del Prado, Sofonisba Anguisola( 1535-16259) y Lavinia Fontana(1552-1614). Sus cuadros han sido reconocidos desde el momento de su creación como obras de arte singulares pero su autoría, la mano femenina que los realizó, se fue perdiendo, y al igual que le pasó a Cecilia, se atribuyeron sus obras a varones, reconocidos pintores como Alfonso Sanchez Coello en relación a los cuadros de Sofonisba.

Sofonisba estuvo pintando en la corte española durante 14 años, con retratos admirables del propio rey Felipe II y de sus esposas Isabel de Valois y Ana de Austria. La familia de Sofonisba educaba a sus hijos en igualdad, y sus hijas fueron grandes pintoras de reconocimiento social dedicándose a este trabajo y organizando un taller que se constituyó como en el caso de Lavinia, en el sustento familiar, dando clases a sus pupilos y desarrollando un amplio abanico de temáticas.

Me sorprende con dolor que haya sido muy recientemente a través de investigadoras  del arte  como María Kusche, cuando se haya visto todo esto y haya vuelto la autoría de estas obras de arte a sus auténticas autoras que todavía no figuran en los manuales de texto.

Más allá del tiempo, volando al s. XI me llevan las partituras para citara salterio de otra mujer impresionante, la abadesa alemana, santa y doctora de la iglesia Hildegarda de Bingen(1098,1179) con una obra extraordinaria que abarca pintura, escritos de botánica y medicina natural, astronomía, mística, pensamiento, teología, música. Una mujer adelantada a su tiempo que puso el camino para avanzar a muchas otras, y cuya existencia y obra se está rescatando de la niebla por su absoluta actualidad.

He titulado este articulo con una imagen de otra gran mujer de la historia, Christine Pizan  (1364-1430), veneciana criada en París, amiga de Juana de Arco que al enviudar desarrollo una obra de literatura para poder subsistir, con libros que hoy leemos con admiración por la defensa de la mujer y su lugar en la sociedad. Creadora de la organización Querella de las Mujerespara defender los derechos y que estuvo en marcha hasta el s. XVIII. En su obraCiudad de las Mujeres(1405) hablaba de este nuevo descubrimiento de la sociedad, el papel de las mujeres, en un proceso de sacar lo oculto, y dejar que se pueda saborear todo lo que nos muestran y dan el verdadero gusto de la humanidad en su totalidad, “como quien va mondado una fruta”.

 

 

 

Mi libro ” Un castillo lleno de flores”es un regalo para una amiga que me ayuda en miles de cosas de mi vida diaria, Teresa de Jesús. La lectura de las Moradas o el Castillo interior abrió en mi interior un montón de puertas a lugares por los que voy desde entonces transitando. Lugares que eran míos pero que no los conocía, estaban bajo la niebla que oscurecía tantas cosas que vivimos por dentro.

Cuando pienso en esta obra, me recorre un escalofrío, la aventura tremenda en la que me metí a nivel personal, el trabajo ingente de diseño de todo lo que veía  retratado en 140 diseños de arte floral, recogidos en acuarelas con todas las especificaciones de plantas, flores, luz, color, lugar, ambiente. El trabajo enorme el taller de flores de Donzoilo realizando los arreglos de cada página, mas de tres años de desarrollo de la obra. El trabajo con el gran fotógrafo Jesús Gallo, de dos años y medio persiguiendo luces, colores, perspectivas por toda la ciudad de Ávila, la lluvia, el granizo, el roquedo, el basurero, el interior…

El diseño del libro con María Palomo, las tardes en el despacho maquetando, buscando la mejor toma, … La edición del libro al pie de las máquinas de la imprenta Palermo, buscando que cada flor mantuviera su color verdadero.

Siento Teresa que esta es una obra única en mi vida, que juntas hemos hecho. El cansancio aun hoy lo siento, y las preocupaciones por tantos papeles que tuve que asumir, autora, escritora, florista, editora, diseñadora, … Pero esta obra está ahí, para que nuestros lectores puedan recorrer sus páginas disfrutando de la belleza de tus palabras, en mis flores y los lugares por donde juntas transitamos.

Es un placer poder participar en esta preciosa revista de poesía chilena Aquarellen Literatura, con un grupo de poetas muy especiales.

Gracias  Ester Bueno por tu trabajo en este proyecto.

Con las poetas Ana Galán,  Ester Bueno, María Jesús Fuentes,  María Ángeles Pérez López, Marta Dominguez, Montse Villar, Angeles Fernangomez

 

 

El día 5 de septiembre desarrollamos en Ávila un recital poético musical muy especial. Una actividad dentro del Congreso mundial Sanjuanista “Cántico Espiritual”.

La noche del Cántico, la de Juan, se juntaron con la de Ávila estrellada, allí en  un lugar al lado de la muralla, Castillo del interior.

Ya tenemos el Youtube del Recital del Cántico y lo compartimos con todos nuestros amigos. Se retransmitió en directo a mas de 18 países.

Un acto que comenzó juntando a todos los poetas que tenemos a Juan de la Cruz como guía y fuente de inspiración, a los poetas de la Casa de la Poesía y a los Juglares de Fontiveros, en un sencillo momento con musgos, menta y tomillos entre nosotros.
Fue emocionante leer entre todos estos versos tan sublimes del Cántico, la música de fondo, y poder poéticamente dialogar con Juan de la Cruz.
Un grupo de amigos, de poetas tanto de la Casa de la Poesía como de los Juglares de Fontiveros, en el CITeS que es la casa de Juan, donde viven sus hijos e hijas y todos los que siguen su legado de amor y luz.


Damos mil gracias a todos los que hicisteis posible este momento, los poetas, los músicos, amigos, colaboradores…. A los que con vuestra presencia nos acompañasteis en la lectura y que erais la parte esencial de ese momento, compartiendo poesía y vida.
Gracias Fernando Campillo y María Tellechea por esa música tan llena de emoción y belleza.
Gracias a Milagros Quintela, Danilo Ayala, Juan del Santo, Julio Collado, Esther Bueno, Jose María Muñoz Quirós, Asunción Escribano, María Ángeles Perez Lopez, José Pulido, Carlos de Gredos, Alfredo Perez  Alencart, Miguel Angel Mesa Bouzas, Clara Janés, Ilia Galán.
Gracias al p. Javier Sancho y toda la Comunidad de Cites por hacerlo posible, siempre con tanto cariño.
Mil gracias a Todos!!!
Congreso Mundial Sanjuanista que se desarrolla en la universidad de la Mística, CITeS de Ávila, la Casa de la Poesía Juan de la Cruz ha desarrollado un recital poético con música en directo.

MEDITACION CON SENECIOS ROWLEYANUS, UNA HOJA DE PELARGONIO DE MENTA Y UNA FLOR DE HIBISCO

A veces me meto en charcos y siento que me ahogo, remo sobre el barro y la suciedad como si estuviera en medio del mar. Abro un poemario de un autor que siempre me sorprende y me ayuda mucho a escribir, Wallace Stevens. La tarde está tan cargada.

Leo a Wallace en el poema que lleva este titulo tan rotundo, MAESTRO DEL BARRO, del poemario Ideas de orden, editado con su versión al español de Daniel Aguirre por Lumen. Un libro fundamental de la poesía norteamericana del s. XX, donde la imaginación entra en dialéctica poética con la realidad como en este bello poema. Y dice así:

Turbios de barro los ríos de la primavera

se están embarullando

bajo cielos turbios de barro.

Está la mente turbia.

 

Para la mente aún nuevas riberas

de abultado verde

no hay;

celestes lados de oro

no hay

la mente se embarulla.

 

Renegridísimo canijo,

del barro hay un maestro.

El haz de luz

que allá desciende, en la distancia, de cielo a tierra,

aquel es él…

 

Autor del brote del melocotón,

maestro del barro,

maestro de la mente.

Los días de julio se van volviendo sedientos, y todo el polvo suspendido se disuelve en el aire, sientes que la sombra de todo la vas absorbiendo, que te van manchando las manos y el interior. Desde que llegó a casa la mata de Senecio Rowleyanus supe que su larga cabellera de pequeños planetas verdes me iba a ayudar con cosas importantes de la vida. Las plantas y los senecios siempre tienen ese efecto en mi vida.

Volvía a casa estos días  decepcionada con algunas personas, con sus actitudes, cansada de trabajar, con migraña recurrente, con los ojos llenos de barro y las manos con un vacío en su corazón. Y sus largos cabellos verdes me reconfortaban sobre todo por una cualidad increíble que tienen y que me transmiten, belleza y libertad, movimiento acompasado y camino, frescura verde, puntuación de lo mas triste y profundo de mi corazón, respiración de planta, mundo redondo de hoja redonda, de planta redonda de mundo redondo de cada flor.

Mirar un poco cómo el cielo está turbio cuando avanzo, sentir nublado el corazón, y sentir al fondo de la larga cabellera verde y llena de puntos-mundos, pensamientos verdes y llenos de frescura. Sentir que hay un maestro al fin para mi como me recuerda Stevens hoy. Mi maestro del barro, el que me saca, autor del brote del melocotón, del haz de luz, de los celestes lados de cada día cuando dejo que me envuelvan con su calor.

Me dijo un amigo estos días, con voz de eco, que ya era hora de aprender a cabalgar , dejando a la vida discurrir ante mi,  abandonando el espíritu en momentos de contemplación, como la larga melena del senecio que en los lomos me lleva lejos de la nube de polvo que se hizo barro en mi corazón.

Tarde de verano de un día de María Magdalena, 22 de julio, sus cabellos sobre mí y todo su corazón cayendo sobre la casa de Jesús. Y el amor arrasando con el barro y la sequedad, lo rígido y gastado, lo monótono y mortecino.  La libertad en forma de vida y de camino, pequeñas puntadas como hojas redondas de senecio lanzadas hacia delante en un mundo lleno de luces turbias y de barro en suspensión. Decía Teresa de Jesús que hay que aprender a dejarse hacer, a dejarse llevar, a dejarnos amar.

Parece que a duo puedo ir cantando ahora con Magdalena, mientras coloco una hoja de pelargonium de menta y una flor de Hibisco sobre lo verde del cabello del senecio, de su mundo en planetas verdes, su respiración entrecortada, el eco del corazón.

Autor del brote de melocotón

el maestro del barro,

maestro de la mente.

Y llueve ahora con fuerza, el ozono llena todo de la atmósfera de tus ojos abiertos, maestro del fondo verde de cada flor. Aire desatado que levantas el polvo, mi tristeza en puntos verdes que como planetas dibujan la piel verdadera que me regalas con cada gota de sol.

 

 

 

El pasado sábado 13 de julio estuvimos viendo cómo se ponía el sol en Cerro Gallinero, recitando poemas, oyendo la guitarra de aire de David Duyos.  Mis poemas se unieron allí sobre el cerro con los de Ángela Segovia, Antonio Pérez Río y J. Seafree.

Cerro Gallinero es un lugar especial, allí sientes una ola de energía. Desde mis épocas de arqueóloga, de prehistoriadora tengo este sentimiento profundo de la unión del hombre con el medio ambiente, con las rocas, las praderas encharcadas, los caminos polvorientos, las plantas que agrestes llenan todo de su esencia silvestre. Y también he ido descubriendo que hay lugares donde todos los elemento, cielo, roca, agua, vistas, aire, naturaleza, olor, se juntan y lo convierten en mágico. En estos lugares los hombres han querido vivir y sobre todo orar y adorar, en lugares como el Cerro Gallinero, ir para entrar en conexión con todo lo creado, en una experiencia natural llena de potencia, la de saberse parte de un todo bello y lleno de energía.

Desde que conozco a Carlos de Gredos le admiro por su mirada poética de lo natural y por ser un verdadero rastreador de huellas. Lo encontrado que posiblemente es al revés, lo que nos encuentra en la vida, se constituye con el paso de nuestro camino en compañero, y vamos aprendiendo algo mas que rastros o huellas, vamos aprendiendo su nombre. Nombrar algo es lo máximo que podemos hacer, llamar genista, roca llena de cazuelas del frío, grieta florida, serpenteante vaguada llena de restos de cantera.

Carlos nombra todo esto, y lo va mostrando de manera re-creada. Es bello lo que hace porque está constituido de la belleza más absoluta que tenemos los hombres, la creación, la naturaleza, esta madre o padre, Jefe, compañero, Amado con el que caminamos. Y él nos lo muestra, lo nombra, y lo que ve en su interior después de esta experiencia de naturaleza, lo expresa en arte, el mas bello y sublime, el efímero.

Subir allí con mis hijos, compartir el momento con otras personas que también se sentían impresionadas por el lugar con la dificultad de elegir qué ángulo de mirada es el más bello, potente y único. Poetas, amigos, arte y música en la guitarra de David Duyos que parecía ser parte del aire que nos envolvía con su lengua de sol que se va perdiendo.

Lugares así, museos al aire libre como este, tengo la sensación que van a ser muchos en un futuro. Carlos es en España pionero, ya que sólo hay tres museos así en nuestro país. Y lo va a ser, porque es auténtico y único, con paredes de aire, sin entradas ni pasillos, con el cielo de techo y las rocas berroqueñas como suelo. Sin aparcamientos, sin colas, dejando a la belleza ser libre lejos de la cárcel que muchas veces es una sala de exposiciones.

Te felicito Carlos por este Museo con obras de reputados artistas internacionales  de mirada tan única y animo a todos los que quieran tener una experiencia artística en la naturaleza que vengan a este lugar, Cerro Gallinero, para entrar en un lugar mágico que las cumbres peladas de  Hoyocasero nos regalan. Y así podremos aprender a nombrarlas y a entablar un dialogo profundo y personal.

 

La música de Hildegarda de Bingen en la citara salterio de Catherine Weidemann y la voz de la soprano Margarida Barbal .

Todos los que nos acercamos de una manera u otra a la figura de Hilegarda de Bingen nos quedamos fascinados con ella, su ingente y variada actividad en tantos ámbitos de la vida, teología, medicina, astronomía, y  la música.

Fue abadesa creando conventos para monjas benedictinas desde un monasterio masculino. Fue líder monacal, médica consumada cuyos tratados y recetas aún asombran cada día a los médicos actuales por su intuición y eficacia terapéutica.  Fué profetisa y mística y así se la conoce como la profetisa teutónica.

Es considerada como una de las mujeres mas fascinantes de la historia, polifacética en plena edad oscura del medievo, hablamos de  la Baja Edad Media, ( 1098, 1179 d. C)

Dotada de una cultura extraordinaria estuvo también muy comprometida con la reforma de la iglesia

Hildegarda nació en Bermesheim, en el valle del Rin en el seno de una familia noble alemana que al ser la décima de sus hijos la ofreció a la iglesia como diezmo desde su nacimiento. Fué entregada para su educación religiosa a Judith de Spanheim a que llamaba Jutta, quien la instruyó en el rezo del salterio, leyendo en latín.  durante estos años  leyó las Sagradas Escrituras y se formó en el canto gregoriano. Durante este momento con Jutta en el que vivieron en el castillo de Spanheim debió aprender a cantar, a tocar instrumentos como el salterio y a ver el poder interior del rezo cantado de los salmos como puerta de entrada en la interioridad habitada por una luz que ella veía siempre lucir.

Ella llamaba Luz Viviente a la presencia de Dios en su alma, y este es el titulo que la profesora y citarista Catherine Weidemann y la soprano medievalista Margarida Barbal han dado a este CD con música de Citara salterio y voz sobre las partituras y los textos de Hildegarda.

Hildegarda fue la compositora mas prolífica de melodías monódicas. Eran cantos que para ella se inspiran sólo en Dios. Por ello abren una puerta a un universo cósmico, que aparece reflejado en sus textos, reflexiones y profecías.

Tengo la enorme suerte de disfrutar tocando la citara salterio donde he descubierto este mágico mundo que los sonidos crean en su trayectoria infinita. Creo que elegí y busqué durante mucho tiempo un instrumento así, que tuviera esta peculiaridad de tener sonidos que fueran sonando de manera sostenida y hasta el final para dejar sobre ellos los salmos de cada día.

Catherine Weidemann es mi profesora de cítara salterio y con ella estoy aprendiendo y disfrutando con este instrumentos que lanza su origen hasta la antigüedad, hasta el mismo momento de componer los salmos.  Utilizar el salterio como elemento de meditación  para avanzar por la senda de la paz. Catherine compone para este instrumento que ama y sobre todo improvisa dejando que todo el cuerpo acompañe  al sonido que está ligado intrínsecamente al interprete.

Margarida Barbal, soprano,  citarista también de la escuela de Catherine es profesora de la ESMUC de Cataluña, la escuela superior de Música de Barcelona y también tiene un gusto especial y una formación como soprano especializada en el medievo.

Este CD es una belleza, y nos ayuda a entrar en ese mágico mundo que Hildegarda, Catherine y Margarida nos muestran, nuestro propio cuerpo como instrumento que puede sonar al unísono con el camino de la vida, dentro de nuestra propia piel.

Se puede  comprar en la universidad de la Mística CITeS de Ávila.

Piezas:

O choruscans lux stellarum ( fulgurante luz de las estrellas)

O quam pretiosa. (! Cuan preciosa es la virginidad de este Virgen!)

O nobilissima viriditas ( nobilissimo verdor)

O frondes viga ( Vástago frondoso)

Quia ergo fémina ( …porque una mujer)

 

Tengo la sensación de llevar a en la espalda un saco muy pesado llamado mes de junio, con toda su carga. Es un mes mucho mas denso que cualquier otro, quizá porque aquí en Ávila nos desesperamos al ver que el verano no llega y que el frio nos acompaña hasta la cama cada día.

Surge ese deseo de fin de estación, que tal vez explique con qué gusto me he lanzado a la lectura del libro de la poeta Anne Carson “Tipos de agua”, El camino de Santiago.

Poder iniciar un nuevo camino hace que cada día y todos sus momentos se vayan perfilando de manera nueva. Supone vestirse un traje, el de peregrino y comenzar a andar por ahí.

Anne me cautiva en este libro por muchas cosas, su manera libre y radical de escribir, concisa y esencial. Por contar una aventura en forma de camino con imágenes nuevas que arrancan desde ella misma, sin la necesidad de anclarse en las metáforas de otros para avanzar. Por el encabezamiento de cada capítulo, paso a paso con un texto japonés de distintos autores, Zeami, Tanizaki, Shikibu, Basho, que me va familiarizando con ellos, samuráis, poetas, profesores, en una cultura que voy descubriendo muy parecida a estos caminos rotundos, sobrios y llenos de belleza. Los libros tienen esta peculiaridad del pegamento, de unirnos a otras personas, circunstancias y paisajes.

 

El camino de Santiago es para los peregrinos una aventura iniciática que nos conduce hacia otro lugar, sacándonos de la rutina que envuelve la vida diaria. Supone vestirse un nuevo traje, el de peregrino y comenzar a vivir en el país de la sed ya siempre hambrientos. Supone zambullirse en el agua de la existencia, en una búsqueda de nuevos horizontes, redescubriendo cada pequeño objeto y hecho del camino como un regalo personal. Leyendo el momento a cada paso, sintiendo el cansancio físico que arranca de cuajo las preocupaciones cotidianas que antes de caminar tenía. Todo cambia de percepción. Parece que volvemos por momentos a ese reino de lo que somos que comenzamos e vislumbrar en la infancia que lejana aparece a veces al borde del camino.

 

Recuerdo también al poeta Czestaw Mitosz, al que al leer sus versos he visto siempre en medio de un lago, en el mágico entorno del Valle del Issa. Desde aquel niño polaco criado en el régimen zarista, que vivió en primera persona la revolución. Sus estudios universitarios en Varsovia seguidos del horror nazi del ghetto donde vivió. Cuando miraba por la ventana de su casa norteamericana de Berkeley el jardín, creía vislumbrar las viejas formas acuáticas de un paisaje tan lejano en el tiempo como cercano en su interior.

Comenzó escribiendo poesía, y este quehacer continuó dando cuerpo a toda su vida, jalonando este camino que iba acomodándose a sus pies.

Ceslaw fue una figura muy grande en Polonia, a donde volvió cuando cayó el telón de acero, y su estatua se encuentra en el monumento de Gdansk, lugar del nacimiento de Solidaridad, junto con el Papa Juan Pablo II y Lech Walesa. Pensamiento profundo en forma de versos, acción social bañada de compromiso por los demás y misión evangélica. Un grupo de ingredientes que hicieron que aquel camino se anduviera de verdad, mientras colmaron la sed y el hambre, a base de oraciones, versos y mítines.

En 1963 ya en la universidad de Berkeley, Ceslaw escribió en versos este camino al modo de Anne.” Menguan los ríos, menguan las ciudades, / Jardines hermosos muestran lo que antes no veíamos, hojas lisiadas y polvo. / Cuando hice a nado el lago me pareció enorme, si estuviera ahora por allí me parecería un lebrillo para afeitarme.

Muchas veces no me doy cuenta de la potencia vital de gestos que parecen sencillos, como este de iniciar un camino al comienzo de las vacaciones, cuando dejamos todo nuestro traje cotidiano y vamos por ahí más ligeros de equipaje, viendo cómo al volver somos seres distintos, transformados por el mismo camino de agua. Decía Kan –Ami, actor, músico y poeta japonés del s. XIV, ahora regreso a la casa en llamas pero, ¿dónde está el lugar donde solía vivir?

El mes de junio sigue muy frio, con la lectura a veces podemos encender el corazón y nadar.

LAS ROSAS DE ANTONIO LOPEZ  EN SILOS

 

 

Hay cosas que creadas con siglos de diferencia parecen encajar en un mismo puzle estético y vital. Me refiero a la exposición que el pintor Antonio López muestra en la sede de las Edades del Hombre en Santo Domingo de Silos. La sintonía de su obra con las piedras labradas del claustro, la silueta enhiesta del famoso ciprés, el cielo azul labrado sobre tierra rojiza de los campos de Castilla a finales del mes de mayo.

El camino por Castilla, las carreteras que serpenteando te llevan entre los campos que juegan al ajedrez con la mirada, arados y en barbecho, las pequeñas colinas rocosas y las cárcavas por dónde los ríos se cuelan en su correr. Y en medio de ellos la obra del hombre que se levanta como una especie de tributo a tanta belleza.

Mientras nos explicaban los capiteles y toda la iconografía, la delicada orfebrería que sobre la piedra trabajaron los hombres hace tanto tiempo, tuve un deseo de volver a aquella época, la paz conventual y la vida de los monjes benedictinos. Su laborioso trabajo en la biblioteca, la recolección de tantas hierbas para completar las recetas de la botica. Las reuniones en la sala capitular, las celdas y el frio que decoraba todo por allí.

El hombre y su búsqueda, la palabra y la paz, la proporción bella, la naturaleza al alcance de una acequia, y el canto gregoriano sonando entre las paredes desnudas.  Parámetros en los que no parece parase el tiempo. Eso es lo que sentí al cruzar una sala del Museo y entrar en la Exposición de Antonio López. La conversación con todo lo que veía se iba llenando de interlocutores porque la mayor parte de los cuadros del genial pintor tenían como protagonistas a unas rosas blancas que habíamos preparado en el taller de Donzoilo para el pintor y su esposa María Moreno hace unos años, cuando desarrollaba unos curso y talleres de pintura en el Palacio de los Serrano de la obra social de la Caja de Ávila.

Un puzle de sensaciones, percepciones y sentimientos. Es como si volviera Gonzalo de Berceo y me lo encontrara por allí. Mientras leo la Vida de Santo Domingo de Silos con la historia del santo, recordando cómo se representaba en teatros didácticos en el claustro. Viendo cómo estaba el escritor en su pupitre largos ratos, con las palabras para componer los versos alejandrinos dando cuerpo a la obra del Mester de Clerecía.

 

Leo la vida del santo en el Poema, y la de aquella ciega de Cornejana que llegó a su tumba que está en medio del claustro, y allí oró pidiendo la vista a Santo Domingo.  Cómo Sancha, que así se llamaba se curó para poder en vida cantar los laudes al Señor, mientras el lazarillo que desde el pueblo la acompañaba daba gritos de emoción por el milagro.

Es como si me fuera a recolectar a las huertas del Monasterio las hierbas para curarla, aprendiendo cada remedio y tisana, volviendo la vista atrás a los conocimientos que tras de las bellas ilustraciones botánicas se esconden.

Un puzle conventual y poético, con las voces de Gerardo Diego cantándole al ciprés, lo natural y verde saliendo como flecha en medio del reino de la piedra. En esos versos tan elocuentes, “enhiesto surtidor de sombra y sueño, que acongojas al cielo con tu lanza”.

Puzle con el presente, el paseo por los claustros y las rosas de Antonio López que van cuadro a cuadro mostrando aquello que sólo lo natural y vivo pueden regalarnos, su transformación, el ritmo de las horas, de los días y minutos. En dialogo con el claustro solemne e inmutable, las rosas se abren y van lienzo a lienzo viviendo para morir, delante de los ojos del espectador que sabe en lo hondo de su corazón lo que esto significa, el paso del tiempo y la belleza efímera de las cosas.

Es increíble lo que la vida a veces nos regala. Un paseo por Castilla y por una de las bellezas del románico, parecen fundirse como dos amantes, las rosas que se van deshojando, lo tierno y lo pétreo, le paso del tiempo en un lugar eterno de cientos de años y de millares de pasos por allí. El cielo se estampa en las raíces del ciprés que escala alturas, y el trabajo de la floristería se junta con la obra de un autor único que dibuja la vida a golpe de pinceladas sueltas que en la distancia se convierten en matices y en luz.

 

La Naturaleza nos devuelve a nuestra casa interior – Mª Ángeles Álvarez Sánchez, poeta y escritora

Maribel Orgaz – info@leerenmadrid.com
Mª Ángeles Álvarez, poeta y escritora, experta en arte floral presenta el próximo martes 30 de abril en el episcopio de la Catedral de Ávila, su primer poemario; Y el aire al soplar, Editorial Cuadernos del Laberinto. Directora de la Casa de la Poesía en la Universidad de la Mística de Ávila, es autora de los libros de arte floral y pensamiento 31 meditaciones con flores sobre los textos de Teresa de Jesús (2012) y Un Castillo lleno de flores (2015); su página personal es una de las más hermosas que pueden encontrarse en Internet en español.

Hay una armoniosa conjunción en tu obra de Naturaleza y poesía. ¿Aún necesitamos desarrollar, como sociedad, esa otra inteligencia llamada biofilia

Creo que los españoles tenemos un largo camino que andar en relación con la naturaleza. Al lado de consideraciones ecologistas hay que poner las vivenciales y de dialogo personal con lo natural. Esto lo saben muy bien los japoneses que conciben todas las flores, las ramas, los musgos como elementos necesarios para su equilibrio interior porque les devuelve por minutos al campo, lugar de encuentro con nosotros y foco de estabilidad y belleza.

La naturaleza seguimos considerándola como un marco, un paisaje de fondo, no como el interlocutor que nos devuelve  el equilibrio interior y que es fuente de disfrute y belleza.

En estos días, salir al campo y estar atentos para contemplar ¿qué flor?

Salir al campo todos los días para ver el paso de las estaciones, los brotes, cada luz que se desploma en las hojas, las cortezas que se llenan de musgos. Y hacerlo de manera abierta y contemplativa, que sea la naturaleza la que nos vaya diciendo, y nosotros dialogar con ella por dentro para ir construyendo nuestra propia voz y poesía vital. De manera libre, desprendernos de muchos prejuicios es una tarea a iniciar, cuando vemos que son tan bellas las flores silvestres del borde de las cunetas como las rosas del parterre botánico, la genista vencida por el aire, los troncos llenos de sedum y las piedras de un camino polvoriento lleno de achileas.

Por qué el auge de la poesía en tiempos no precisamente poéticos.

La poesía es el arte de la palabra mágica, la indómita y llena de potencia. En lugares donde el tiempo y el silencio son bienes escasos por el ritmo de vida, los poemas dicen mucho en pocos segundos. Y además son palabras explosivas, dicen de nosotros los poetas y también mucho de los lectores que van por caminos diferentes con nuestras palabras. Nos hacen reflexionar envolviendo de rima, belleza, imágenes, matices, la vida diaria que es un poco monótona y monocolor. Por eso los jóvenes siguen detrás de la poesía. Y se impresionan al seguirla, al aprender a dejarla libre por ahí.

Si la poesía es intensidad, ritmo y voz. Qué es la Voz.

Cuando abrimos las puertas y entramos en el camino de la naturaleza, de su contemplación, caminando por nuestra propia vida y persona con flores y ramas en el dialogo, nos podemos encontrar con esa Voz que nos lleva y nos maravilla. Es nuestro propio interior, pero enriquecido por la contemplación de lo natural que comienza a hablarnos y a construir nuevos reinos por dentro, haciéndonos como peregrinos de su estela, caminantes, como los monjes zen escritores de Haikus o las canciones del Cantico Espiritual de San Juan de la Cruz.

Citas a San Juan de la Cruz que es un poeta muy especial para ti, cuáles son o serían sus flores.

San Juan es un poeta en continua admiración hacia lo natural. En su vida recorrió a pie miles de kilómetros, y cuando llegaba de un exhausto trayecto a un convento, rápidamente salía al campo cercano a contemplar. Todo era para él regalo, “todo es mío y todo para mi”. Sus flores son las que aparecen en el Cántico, los rosales, los mirtos, los dientes de león, los collados llenos de aromáticas y los valles al lado de los ríos con sus violetas. Una poesía que está llena de aromas, a menta, a arroyo que va bajando entre rocas, a árbol de vida florecido, musgos… Un paisaje que se llena de cada florecilla de las estaciones del año que al lado de sus pies descalzos él contemplaba emocionado.

Rousseau herborizando feliz en la isla de la isla de Saint-Pierre…

Cuando me encontré las Ensoñaciones de un paseante solitario descubrí al verdadero Rousseau, mientras paseaba con él.  En sus paseos comienza a recoger su espíritu, perdiendo el recuerdo de sus dolencias y problemas y entrando por otro camino donde está la verdadera felicidad para el ser humano. En camino de la contemplación que es una aventura personal llena de potencial renovador, donde dejamos que sea lo natural lo que nos devuelva a la casa interior de la que salimos con tanta frecuencia por el trajín de la vida y el estrés que ello nos proporciona.

Y el aire al soplar
MªÁngeles Álvarez

Editorial. Cuadernos del Laberinto

Al levantar los ríos
los enredaste
en el cielo.

Las algas
se confundían
con las estrellas,
y todo el reflejo
de la luz sobre el agua
se hizo nube.

Y paseaban sobre mi
que miraba
su fuga
en su ascender
entre los árboles.